14 de Febrero Día del Amor y la Amistad

“El buen amor se reconoce porque en él somos exactamente como somos y dejamos que el otro sea exactamente como es, porque se orienta hacia el presente y hacia lo que está por venir en lugar de atarnos al pasado, y sobre todo porque produce bienestar y realización” 

Joan Garriga.

 

En México y muchas otras partes del mundo, el día 14 de febrero se conmemora el “Día del Amor y la Amistad”, o “Día de San Valentín”, por alusión a un sacerdote que en el siglo III d.C se opuso a la orden el emperador Claudio II, quien prohibía el casamiento de jóvenes pues implicaba que estos se atarían a la esposa y no querrían ser soldados. El sacerdote fue acusado y juzgado por desobediencia al no acatar el decreto del emperador, y fue sentenciado a muerte por casar a los jóvenes enamorados. 

 

Las razones históricas nos sirven como pretexto para compartir en el blog de este mes ciertos conceptos y tips a propósito del amor y las parejas aprovechando esta celebración, así como la importancia de construir relaciones saludables.

 

En primer lugar, como señala el Dr. Stephen Porges (2017) ,autor de la Teoría Polivagal y profesor de psiquiatría de la Universidad de Indiana, EE.UU., como mamíferos, los seres humanos desarrollamos distintos grados de apego pues necesitamos sentirnos seguros y nutridos tanto física como emocionalmente, necesitamos por ello del contacto y la conexión con otros seres humanos pues como primates, requerimos estar juntos, cooperar, convivir, estar seguros y desarrollarnos individual y colectivamente; si esta conexión entre humanos se ve deteriorada o falla, impacta directamente en nuestro sistema nervioso, particularmente en el nervio vago, y por ello en nuestra salud en general. 

 

Sin embargo, pareciera que la convivencia saludable entre seres humanos no siempre resulta fácil y alcanza una gran complejidad. Particularmente, nuestras relaciones más cercanas, las más íntimas, son aquellas que muchas veces nos hacen cuestionarnos, como hace años se planteaba Alain Touraine, sociólogo francés: ¿podremos vivir juntos?.

 

El amor en pareja.

Una de las formas básicas en las que nos relacionamos es a través del encuentro con una pareja; y, aunque en la vida cotidiana actual es común escuchar frases como “mejor solo/a que mal acompañado” o “estar en pareja es muy complicado” o “ni todo el amor ni todo el dinero”, la realidad es que la gran mayoría de las personas anhelamos un amor correspondido, es decir estar cerca de alguien e intimar física y emocionalmente con ésa persona. 

 

En el ámbito de la psicología y la psicoterapia, investigadores y autores como Helen Fisher (2005), John Gottman (2017), Esther Perel (2019), e hispanoamericanos como Joan Garriga (2013), Damián Bucay (2018) o Walter Riso, entre otros, sostienen que para poder conocer y construir una relación de pareja sostenible es necesario reflexionar sobre la diferencia entre, por un lado, el amor romántico y el amor consciente. A continuación explicaremos de manera general las diferencias entre ambos.

 

El amor romántico.

Como señala la antropóloga y bióloga, directora de la Universidad Rutgers (Nueva Jersey, Estados Unidos) Helen Fisher (2005), reflexionar sobre el amor romántico suele ser confrontante para muchas personas, pues es la forma y expresión de amor comúnmente aceptada, y comercializada. El amor al estilo “se casaron y vivieron felices para siempre”, reviste una cantidad enorme de creencias, utopías, idealizaciones y falsas expectativas.

 

El amor romántico genera que las personas creamos que una pareja es indispensable para nuestra vida y que además no podemos vivir sin esa persona. De esta manera este tipo de relaciones nos llevan a sufrir profundas emociones poco agradables y a construir necesidades cuando no está, nos falta o nos abandona. 

 

Como el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud (Flores, 2019), descubrió, muchas de esas necesidades son en realidad transferencias o proyecciones provenientes de la infancia y la relación con nuestros cuidadores, tema que por el espacio no abordaremos en este artículo, pero que es importante considerar ya que interfieren en la relación de pareja.

 

El amor romántico idealiza la búsqueda de nuestra “media naranja”, “la mujer o el hombre de nuestros sueños”, “el único o la única en nuestra vida” o “el príncipe azul”, con la idea de sentirnos completos, proyectamos nuestra necesidad de placer y completud en la otra persona, buscando la fusión, como reminiscencia del “paraíso perdido”, lugar que experimentamos cuando estuvimos en el vientre de nuestra madre, donde no había necesidad de “tener” o “decidir algo” para vivir seguros y plenos (Chiaraviglio, N., 2018). 

 

En estudios de neuroimagen y resonancias magnéticas se puede observar que el cerebro de las personas enamoradas tiene activadas ciertas zonas relacionadas con el placer y la recompensa (Fisher, 2005), con un fuerte influjo de sustancias bioquímicas que permiten la comunicación entre nuestras neuronas. Estas sustancias son denominadas neurotransmisores (como la dopamina, oxitocina, serotonina, adrenalina, noradrenalina, etc.) y son las responsables de hacernos sentir activos, felices y alegres.

 

Los neurotransmisores también promueven en nosotros el deseo de vivir, la creatividad, la motivación y la excitación, y nos preparan para la reproducción sexual. De aquí se deduce que el amor romántico, el que sucede cuando estamos enamorados, no es en sí mismo una emoción, sino más bien un impulso generado instintiva, biológica y fisiológicamente que provoca una necesidad intensa, tal como sucede con el hambre.

 

Como podemos sugerir hasta aquí, el amor romántico es un evento bioquímico y neurológico, que detona en nosotros reacciones instintivas ante las cuales la conciencia no está plenamente clara, y por lo tanto nuestras decisiones y actos de voluntad no están regidos por la racionalidad, o dicho de otra manera, cuando tenemos este cóctel bioquímico pasando por nuestro cerebro, no vemos a la persona que tenemos enfrente como es, sino que ponemos en ella, nuestros deseos y fantasías y la idealizamos.

 

Todo esto es alimentado en la actualidad por el marketing, la lógica del consumismo, los estereotipos y estimulado por las maneras de relacionarnos, a la distancia o virtualmente, a través de las redes sociales.

 

Amor consciente.

El proceso bioquímico generado durante la etapa del amor romántico (que también se puede llamar “enamoramiento”, Bucay, 2018), no puede sostenerse en el tiempo y, tarde o temprano los neurotransmisores bajan de producción. Como consecuencia, después de un tiempo relativamente corto (pueden ser solo unos meses), aparece la realidad de la otra persona y comenzamos a verla tal cual es, con sus carencias y limitaciones y dejamos de ver en el otro al príncipe o princesa de nuestros sueños.

 

En algunas ocasiones, ante el derrumbamiento del “castillo de hielo” comenzamos a tener diferencias y problemas de convivencia, nos conflictuamos, discutimos muchas veces por no encontrar coincidencia entre lo que se idealiza y la realidad concreta de la persona; pueden surgir entonces actitudes defensivas, críticas al otro y falta de autovaloración, otros se vuelven indiferentes, temerosos del conflicto sólo dejan pasar la vida y generan entonces una distancia que puede terminar en el rompimiento de la relación.

 

Sin embargo, este momento de “toma de conciencia” no tiene que ser un hecho catastrófico para la construcción de un amor perdurable y una relación saludable. Como muchas veces le menciono a las personas que acompaño en psicoterapia, este momento de conflicto es el de la gran oportunidad de encontrarnos desde otro lugar con el otro o la otra.

 

Es el momento para comenzar a conocernos tal cual somos, con nuestros errores y virtudes y podemos elegir conscientemente el acto de voluntad para estar juntos, con todo y lo que somos. Es cuando tenemos el espacio de conciencia que nos permite responsabilizarnos de nosotros mismos y entonces podemos decidir libremente comprometernos en una relación. 

 

Para ello es necesario romper las fantasías para dar entrada a la realidad consciente y darnos cuenta de que la relación amorosa se construye día a día. Como señala Gottman (2017) “el secreto de las parejas felices es ser ‘emocionalmente más inteligentes’, se respetan entre sí, buscan comprenderse, aceptarse y valorarse mutuamente”.

 

Es importante, por tanto, darse cuenta que establecer una relación saludable tiene un primer momento de amor romántico o enamoramiento (algo así como una fiesta interna en la que celebramos el cóctel  bioquímico) pero que en el desarrollo de esta relación, al ir avanzando el proceso de conocerse, así mismo/a y al otro/a, y construir una relación de pareja saludable, podemos comenzar a tomar conciencia de nuestra realidad y la de la otra persona y arribar al amor consciente, o como le dicen algunos otros autores, el “amor adulto”.

Qué hacer para desarrollar entonces una relación saludable.

Antes que otra cosa, te invito a que no veas el amor romántico como algo malo, reflexiona sobre él tan sólo como una característica, una etapa, de lo que se puede convertir en una relación de pareja amorosa y consciente. A continuación, te invito a leer algunos tips basados en las propuestas del Dr. John Gottman (2017) para construir una buena relación de pareja:

 

  1. Elabora un “mapa de amor”

Hazlo en dos pasos. Primer paso: escribe lo que conoces de tu pareja, por ejemplo sus gustos, sus mejores amigos y sus puntos débiles y fuertes. Segundo paso: acércate y con respeto pregúntale aquello que no sabes. Esto alimentará el conocimiento mutuo así como la curiosidad y el interés.

 

  1. Cultiva el cariño y la admiración

Reconoce de forma oral las cualidades positivas y virtudes de tu pareja; no es cuestión de negar lo que no te gusta de ella, pero sí enfocarte en lo que te gusta y admiras de ella.

 

  1. Acércate 

Materializa con acciones y actitudes constructivas que fortalezcan la relación con tu pareja en la cercanía, apóyense mutuamente, nútranse emocionalmente con palabras de ánimo y reconocimiento. Por ejemplo, agradécele cuando te escucha o apoya..

 

  1. Toma de tu pareja lo que te haga mejor persona

Aunque nadie es perfecto, todas las personas tenemos aspectos positivos. De manera consciente toma de tu pareja aquella cualidad que te sirve para ser una mejor persona.

 

  1. Resuelve lo que se pueda solucionar

Es normal opinar diferente en algunas ocasiones, pero aprende a diferenciar entre un problema, una incomodidad o solo una diferencia de opinión. Construyan acuerdos y aprendan a ceder cuando sea por un bien mayor. Es positivo estar abierto a escuchar el pensamiento de los demás.

 

  1. Platiquen sobre sus planes de vida

Revisa tus planes personales y analiza cómo el estar en pareja puede ayudarte a alcanzar lo que deseas; si no es así construyan puentes de comunicación para encontrar puntos en común en sus sueños y deseos.

 

  1. Construyan experiencias juntos

Realicen planes y proyectos en conjunto, que den sentido e identidad a la decisión de caminar juntos por la vida. Pueden celebrar rituales amorosos como por ejemplo una cena en un ambiente agradable, caminar por la naturaleza, hacer ejercicio, leer o meditar juntos.

 

En conclusión.

Tener una relación saludable implica que cada persona inmersa en ella se dé respuesta a sí misma, sea responsable consigo, que no pase por encima de sí ni de otros y no base su relación en sus proyecciones y necesidades paterno o materno filiales, en su necesidad de ser visto, cuidado, atendido, protegido, nutrido, sino que, trabajando emocionalmente en sí mismo y conociéndose de manera consciente, en el encuentro con el otro vea una oportunidad de crecimiento personal en el camino de su propio objetivo y comparta también el objetivo del otro. Que descubra en la relación con el otro o la otra, un espacio de aprendizaje y desarrollo de su ser.

 

Así que, este 14 de febrero, disfruta el día con tu pareja y celebren su relación. Pero sé consciente que la construcción de una relación de pareja debe darse día a día mediante el respeto, la convivencia, la solidaridad, la tolerancia, la innovación y la expresión de su amor.  

 

En el Centro Cultural Pedro López Elías, te invitamos a reflexionar sobre la importancia de construir relaciones saludables, disfrutar de la posibilidad de conexión y contacto con las personas a las que amas y buscar ayuda psicoterapéutica profesional si no sabes cómo generar una mejor relación. 

 

Antes de terminar este artículo te recuerdo que en la Biblioteca del Centro Cultural Pedro López Elías tenemos a tu disposición material bibliográfico que te ayudará a entender y fortalecer tus capacidades y habilidades emocionales. 

 

 

Te invitamos también a compartir este contenido, seguirnos en nuestras redes sociales, participar en actividades voluntarias y si puedes apoyar con tu donativo, visita nuestra página, asiste o llama al CCPLE para saber cómo hacerlo.

 

Referencias Bibliográficas.

 

  1. Bucay, Demián (2018) Manual para estar en pareja. México: Océano
  2. Chiaraviglio, Nilda. Pareja en construcción (Spanish Edition) (p. 333). Penguin Random House Grupo Editorial México. Edición de Kindle.
  3. Fisher, Helen (2005) ¿Porqué amamos?. México: Punto de Lectura
  4. Flores Fonseca, Verceli Melina. (2019). Mecanismos en la construcción del amor romántico. La Ventana. Revista de estudios de género, 6(50), 282-305. Recuperado en 02 de febrero de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-94362019000200282&lng=es&tlng=es
  5. Garriga, Joan (2013) El buen amor en la pareja. Barcelona: Planeta de libros.
  6. Gottman, John y Silver, Nan (2012) Siete reglas de oro para vivir en pareja: Un estudio exhaustivo sobre las relaciones y la convivencia. Barcelona: Debols!llo Clave
  7. Perel, Esther. (2019) El dilema de la pareja. México: Diana 
  8. Porges, Stephen (2017). La Teoría Polivagal. Madrid: Pléyades
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